lunes, 26 de abril de 2010

El principio de un fin.

Estaba sentada escribiendo. Me di cuenta de que ya no estaba viva porque las letras se desvanecían al escribirlas. –Eso no es algo que suele pasar. Pense.

Tal vez era un sueño, me pellizque a mi misma para ver si despertaba, pero nada, seguia dormida, o almenos eso creia.

Asi que me levante de mi silla y camine por el pasillo que llevaba al cuarto de mi madre, se veia mas frio y oscuro de lo normal. Las luces estaban completamente apagadas y se me hacia casi imposible ver en donde pisaba, mas habia algo en mi que me guiaba a caminar, no estaba segura de que era, pero estaba ahí. Y en ese momento fue cuando senti su respiración en mi oido, acida, fria, casi congelada. Voltee para ver quien era, pero lo unico que encontre fue un espejo con una nota que decia: “Bienvenido al resto de tus dias”. Las lagrimas inundaron mis ojos y me di cuenta de que esa fria respiración y la oscuridad del cuarto no le pertenecían a nadie mas que a mi. Estaba muerta.

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